Como orgulloso exalumno de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago, donde se escribió el libro sobre mercados eficientes, uno podría asumir con seguridad que la respuesta es afirmativa. Si bien es difícil aplicar la teoría del mercado de capitales eficiente a quienes se dedican a la lana aislante, existe un ejercicio útil que vale la pena reflexionar.
Para ser claros, Eugene Fama escribió "Mercados de Capital Eficientes: Una Revisión de la Teoría y el Trabajo Empírico", donde definió un mercado como "informativamente eficiente" si los precios en cada momento incorporan toda la información disponible sobre los valores futuros. La eficiencia informativa es una consecuencia natural de la competencia, la relativa libertad de entrada y los bajos costos de la información. Si bien el aspecto del valor futuro es un tanto abstracto, se aplican las reglas que definen la eficiencia informativa.
El estado de la industria del aislamiento
Como ligera desviación, observamos un problema de excesiva competencia en nuestro mercado de lana aislante, donde múltiples participantes lo perpetúan. Los fabricantes crean productos sin integridad, lo que perpetúa una competencia a la baja. Además, los estrechos márgenes netos permiten mantener el negocio basándose únicamente en el volumen de ventas. Como es peligroso, la consolidación del sector a nivel de instaladores, diseñada para generar poder adquisitivo, ha impulsado aún más el costo de la única unidad medible en el sector, lo que significa que el más bajo gana.
En un ejemplo reciente, nos enteramos de un vendedor que había cambiado de instalador y ofrecía un 4% de descuento sobre el precio más bajo. No le importaba el trabajo, los materiales, la ubicación ni el plazo. "¡Solo dame el precio y lo mejoro!". Esto es, en realidad, pedirle a un contratista que abandone una relación de 10 años por unos pocos cientos de dólares; la industria de la lana aislante está repleta de ejemplos como este.
¿Qué tal si le damos la vuelta a esto y pensamos en un producto que justifica un precio más alto por su valor inherente, ideal para el aislamiento, la salud de los edificios y la salud humana? ¡Qué concepto tan extraño! Y, lo que es más importante, una industria mal preparada para crecer a partir de sus propios desechos.
Avanzando
¿Dónde nos deja esto? Atrapados en un abismo. Los instaladores competirán ciegamente a precios inferiores a un salario digno, donde la información no se distribuye de forma eficiente; los fabricantes seguirán desinformando a consumidores desprevenidos que se dejan engañar a un ritmo alarmante.
Nosotros, por otra parte, continuaremos con la educación necesaria para cruzar el abismo y permitir una toma de decisiones mejor y más informada que idealmente permitirá que los mercados eficientes persistan incluso en el ámbito del aislamiento.
Mientras tanto, mantente alerta, usa tu cerebro y recuerda que a menudo obtienes lo que pagas.
Nuestro objetivo es producir un producto de construcción verdaderamente superior con una integridad inigualable.
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